Cuando ves el pasado como destino, no surgen más preguntas y la
mente se calma. Y cuando consideras el futuro como libre albedrío te
llenas de entusiasmo y dinamismo.
Habrá incertidumbre y algo de ansiedad al considerar el futuro como
libre albedrío, pero a su vez esto te traerá creatividad y estarás alerta.
Considera el pasado como destino, el futuro como libre albedrío y el
momento presente como Divino, como el regalo de Dios que es la vida,
nuestra única oportunidad de actuar y amar a ti mismo y a los demás.
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